En un mundo hiperconectado la gente se siente más sola que nunca.

El ser humano es un ser social, gregario por naturaleza, necesita estar conectado con los demás.

Gracias a los avances tecnológicos hoy en día estamos hiperconectados, siendo posible desde pagar cuentas en línea hasta realizar complejas transacciones que involucran el poder comunicarnos con personas al otro lado del mundo.

Los beneficios de vivir en un mundo interconectado son muchos, pero a ellos se unen un sin número de riesgos. Paradójicamente, a medida que se ha incrementado el desarrollo de redes sociales, se han reducido las comunicaciones espontáneas con quienes tenemos más cerca, familia, vecinos o compañeros de trabajo.

Si bien es cierto que las redes sociales nos dan la sensación de estar conectados con el mundo, mientras más nos sumergimos en el universo virtual, más alejados estamos de lo real, hasta el punto de sentir que a pesar de estar rodeados de gente en un mundo virtual, vivimos una de las consecuencias más relevantes de la era tecnológica: la soledad.

Soledad es un concepto relativo a estar sin compañía, es un sentimiento y como tal vinculado a la percepción, a pesar de que puede ser experimentado por cualquier ser humano a lo largo de su vida, ha sido motivo de estudio para los profesionales de la salud quienes han centrado atención en las consecuencias para el ser humano, de su preferencia comunicacional a través de un mundo virtual.

La tecnología llegó para conectarnos con el mundo y por ende ha transformado la forma de relacionarnos. En una era de conectividad constante, las personas interactúan de una manera jamás imaginada. La conexión mental acompañada por el aislamiento corporal puede generar una profunda sensación de vacío que debe ser subsanada para el bien de la sociedad y de los seres humanos que convivimos en ella. Para algunos estudiosos del tema, el mundo virtual puede contribuir a crear un sentimiento de aislamiento. Sin embargo el mismo no es consecuencia exclusiva de la tecnología, forma parte también de una postura filosófica que la tecnología no está llamada a resolver. Como seres humanos hemos estado programados para vivir en comunidad, compartir, conversar y expresar de manera gestual nuestros sentimientos; por tanto, hay algo importante en la nueva manera de comunicarnos a través de un mundo virtual que irrumpe en nuestra programación y que requiere mayor atención.

La soledad bien manejada puede ser maravillosa, ocasionalmente puede ser necesaria, el silencio puede producir paz y generar mayor creatividad gracias a una mayor concentración; sin embargo, no es una regla que aplica a todos los seres humanos, somos individuos y como tales tenemos preferencias, en ocasiones y para determinadas personas la soledad puede vivirse como una desconexión emocional y puede llegar a ser muy dolorosa.

¿Qué ocurre con las redes sociales? Las redes sociales suelen mostrar momentos de felicidad, personas que disfrutan y tienen muchos amigos, pero ellas representan un corte transversal de un momento vivido que pudiera no ser la realidad permanente pero que como percepción pudieran generar en algunos sentimientos de incomodidad y de soledad. Si estar en el mundo virtual te hace sentir más aislado que conectado, es una señal de que tienes que cerrar la sesión.


Marisol Murano


Como Directora de Contenidos, Marisol dirige el diseño y producción de los contenidos para BurstMarketing. Cuenta con un Máster en Comunicación Social, experiencia en estrategia digital, redacción creativa y periodismo.